Ecosistemas de I+D+i. Teoría y ejemplos básicos

Como seguidor de Dciencia, llevo tiempo queriendo aportar mi granito de arena. Sinceramente, la tarea asusta un poco porque verse rodeado de Doctores, con tal alto nivel de conocimiento, impone respeto. Así que, en este primer post, desde la humildad, introduzcamos un nuevo punto de vista al equipo. El cruel y malvado mercado. Es decir, la innovación, ese eslabón de la cadena que afecta a la sociedad.

La intención de introducir esta nueva temática,  a través de este y los sucesivos artículos, es buscar complementar el punto de vista puramente científico con los de los  otros agentes del ecosistema global de la I+D+i.

El “palabro” I+D+i se utiliza con frecuencia como un todo, un cajón desastre en el que podemos incluir desde la cura del cáncer, el iphone o colonizar Marte. Así que, aunque pueda parecer de perogrullo, posiblemente sea buena idea empezar por explicar que es cada cosa.

La I (grande), la Investigación,  son los señores con bata blanca. Gente bastante alejada del mercado, cuyo mapa mental se basa en grandes retos base de la ciencia, suelen ir despeinados y emplear las neuronas en conceptos sencillos del tipo: entender el tiempo y el universo, desentrañar el genoma humano o inventar 7 dimensiones adicionales para que los cálculos cuadren. A veces este mapa parece tan lejano de una aplicación práctica que puede parecer desalentador, pero por la misma razón, sus logros generan cambios radicales en la civilización y la historia ha dejado sobradamente probado que se trata de algo crucial para el avance de la humanidad.

La D, el Desarrollo, son unos tipos que empiezan a pensar en tuercas y tornillos, en cómo industrializar esos descubrimientos. Se preocupan de cosas como balances de masa y energía, el punto de ebullición del nitrato amónico, picar código, generar planos y asegurarse de que la batería no caliente demasiado el smartphone. Suelen intentar englobar todo esto en proyectos tipo “el proyecto Manhattan” y como se encuentran más cerca del mercado que los anteriores se familiarizan con conceptos como “time to market”, cronogramas y gestión de recursos y por supuesto, con los problemas que llevan asociados. Son los encargados de “industrializar” los avances de la Investigación. Son el Steve Wozniak de Steve Jobs.

La i, la innovación, en realidad, somos todos. Desde los tipos con suéteres de cuello de cisne o hipsters con bicicletas de colores hasta nuestros abuelos o ejecutivos de traje y corbata. La innovación en realidad puede incluso no tener nada que ver con la ciencia, uno puede innovar en nuevas formas de hacer negocios, en cómo vender un café, o en cómo moverte por la ciudad. Y si no, que se lo digan a Uber.

Lo que queda patente es que la innovación está, si no dentro, muy cerca del mercado. Es ese elemento tractor que impulsa los otros dos elementos del ecosistema, la Investigación y el Desarrollo, las aplica y las vuelve útiles y rentables. La innovación siempre supone un cambio, puede ser radical o incremental, pero nos afecta de algún modo. Si esto no ocurre, no estamos hablando de algo innovador, sino de algo novedoso.

Llegados a este punto se podría empezar una guerra de egos entre estos tres elementos de la I+D+i. ¿qué es más importante?, generar descubrimientos científicos sobre conductores magnéticos?, desarrollar una pantalla táctil?, o idear i-tunes?. No hace falta irse muy lejos para ver claro que al final todos esos agentes son necesarios para poder tener un ipad y que si falla alguno de ellos, el resultado final falla. Esto es lo que entendemos como un  ecosistema I+D+i .

Veámoslo con ejemplos. Analicemos algunos grandes proyectos en  I+D+i del 2016 y como cada uno contribuye a su manera a dicho ecosistema. Aunque, como es evidente todo proyecto posee en mayor o menor grado los tres aspectos anteriores (I, D, i), uno de ellos suele predominar más que los demás.

1- Robots Origami comestibles

Los muchachos del  “MITs Computer Science and Artificial Intelligence Laboratory  (CSAIL)”, están desarrollando robots comestibles destinados a ser ingeridos por los pacientes. De este modo estos robots, que se ingieren en una sencilla píldora, una vez en el interior del organismo, se despliegan y pueden realizar ciertas funciones “curativas” o liberar fármacos de forma selectiva en determinados puntos del organismo sin que estos se degraden durante el camino.

Podríamos englobar este proyecto claramente en la D (Desarrollo). Al parecer los científicos se pasaron semanas buscando en mercadillos de Chinatown materiales comestibles y degradables que tuvieran la textura y consistencias adecuadas para que encajasen con los requisitos del entorno. Adicionalmente hay que realizar todo un desarrollo anexo en ingeniería para poder ejecutar la idea De hecho, esta versión es la 2.0, y han incluido la capacidad de plegarse para solucionar el problema de como generar movimiento en el interior del organismo. Por sí solo este proyecto necesitará de las otras dos patas del ecosistema. Necesitará Investigación médica en el campo de la “medicina selectiva” y necesitará modelos de negocio que hagan evolucionar el sistema sanitario  de como lo conocemos, un sistema generalista que aplica tratamientos generales a todos los pacientes con la misma dolencia, hacia un sistema personalizado que aplica fármacos y tratamientos basados en la genética y el perfil personal.

2- El catalizador MoSoy

Dentro de las diferentes líneas de investigación en combustibles alternativos, el Hidrogeno es un clásico. Esto es porque como combustible posee extraordinarias cualidades (se usa en los cohetes espaciales), no es contaminante ya que las únicas emisiones que produciría sería vapor de agua. (2 H2 + O2  =  2  H20 ), y adicionalmente es un elemento tremendamente abundante en la naturaleza. .

La producción de hidrógeno se lleva a cabo mediante diferentes vías (reformado de hidrocarburos, electrolisis, métodos biológicos) y en general resulta bastante cara, lo que redunda en un combustible final poco competitivo. Esto (además del gasto de energía asociado) es debido en parte a que, en muchos de estos procesos, deben emplearse catalizadores para provocar la reacción de producción de hidrógeno.

Los actuales catalizadores para la producción de Hidrógeno se encuentran basados en metales bastante caros y escasos (como el Platino). Pero este proyecto ha logrado obtener un catalizador para la producción de hidrógeno a partir de Biomasa, (soja), totalmente renovable y abundante. .

Este es el clásico ejemplo de la I (grande). Se ha trabajado a un nivel científico lejano a mercado, la catálisis heterogénea e Investigación de materiales (aunque con el rabillo del ojo pensando en él), y se ha obtenido un catalizador totalmente nuevo. Ahora es el momento de que lleguen esos tipos con calculadoras y diseñen (o adapten) el proceso de producción de hidrógeno para utilizar este catalizador, construyan una planta y produzcan el H2. Finalmente, la innovación tendrá que preparar a la sociedad para los coches alimentados por hidrógeno, adaptar los sistemas de suministro, las formas de conducción, las smart cities y el sistema energético del país.

3- Sé mis ojos

“Be my eyes” es una app que conecta personas ciegas con voluntarios que las ayudan y “les prestan sus ojos”.

Su funcionamiento es (como todo lo innovador), bastante sencillo, un persona ciega solicita asistencia a través de la app. Esta ayuda puede ser desde mirar la fecha de caducidad de algún alimento hasta la de necesitar un guía para moverse por algún lugar. En el otro lado, un voluntario presta dicha ayuda.

En este caso la app no ha introducido nuevos avances de la ciencia, no ha desarrollado nada que no tengan otras apps como whatsapp, o cualquiera de mensajería, pero claramente ha innovado en el uso que se le da. Y no solo lo ha hecho desde un punto de vista puramente monetario, lo ha hecho con un fuerte impacto social. Este es un buen ejemplo para pensar que la innovación no solo debe estar basada en tecnología, también puede ser una innovación basada en las personasl.

Viendo tan solo estos tres ejemplos, uno puede empezar a adivinar que este ecosistema es tremendamente amplio. Y como ecosistema vivo, evoluciona. Hoy, más que nunca, nos encontramos ante interesantes cambios en el paradigma de la i+D+i, nuevas formas de crear, nuevas formas de innovar e incluso de investigar.

Presenciamos, por ejemplo, como campos de la innovación tan marcados como el IT, se fusionan con la genética, o la cirugía ocular. Las barreras entre disciplinas se hacen difusas y podemos encontrarnos a informáticos trabajando con médicos, que a su vez trabajan con ingenieros.

Y hasta aquí por hoy. En los siguientes artículos buscaremos ampliar muchos de los conceptos y proyectos hoy presentados, sin olvidar que este ecosistema es una fuerza viva que hace que la humanidad avance formada por personas, porque como dijo Einstein: “»Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la  energía atómica: la voluntad».

paciencialamiaPa ciencia la mía- Capítulo 1 : de fósiles, tomates, cristales de tiempo, ordenadores cuánticos y neanderthales
Virus gigantes, carne de pollo sin pollo, la batalla de los CRISPR y un ordenador manejado por un cerebro

About the Author: Alberto González Cuetos

Ingeniero Químico y Master Internacional en Gestión de la innovación y el desarrollo empresarial por la Universidad de Oviedo así como Project Management Professional (PMP) por el Project Management Institute (PMI). Durante su carrera profesional ha conjugado su faceta de Gestor de I+D+i, como coordinador de proyectos en programas nacionales e internacionales, con la faceta de Ingeniero de procesos en el diseño, implantación y puesta en marcha de plantas de producción de biocombustibles, biogás, omega-3 y biorrefinerías.

¡Compartir artículo!

Leave A Comment

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.